martes, octubre 01, 2013

Buena suerte o mala suerte ¿quién sabe?

Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casa en el campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra.
Y el vecino que se percató del incidente corrió a la puerta de nuestro hombre para avisarle:
-Tu caballo se escapó, ¿qué harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo: 
-Buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?
Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido.
El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar, ¡qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo: 
-Buena suerte o  mala suerte, ¿quién sabe?
Más adelante, el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo y se partió una pierna.
Otra vez el vecino fue a decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido!, tras el accidente tu hijo no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo: 
-Buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?
Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevárselos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaro no apto por estar imposibilitado.
Y nuevamente el vecino corrió diciendo:
-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Y otra vez el hombre lo miró y le dijo: 
-Buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?

En realidad desconoces lo que habría sucedido si… nunca sabremos con certeza lo que es mejor.
Y como dice el refrán: “No hay mal que por bien no venga” 

Un granito de arena

Algunas veces tenemos la sensación de que nuestros esfuerzos son inútiles, de que remamos contra el viento, que retrocedemos, que estamos solos en una batalla contra el mundo...  un día nos creemos los dueños del mundo y al siguiente vemos que nuestras expectativas e ilusiones estan hechas pedazos... Nos preguntamos: ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Es esto lo que debo hacer? ¿Vale la pena tanto esfuerzo?...
TODO ESFUERZO VALE LA PENA...

"Cuentan que un hombre paseaba meditabundo por una playa desierta cuando, a lo lejos, divisó a otro hombre que constantemente se agachaba y recogía algo de la arena, para a continuación arrojarlo al mar. Una y otra vez lanzaba cosas al océano.

Sorprendido y curioso ante este comportamiento el hombre se acercó para comprobar que era aquello que lanzaba al mar. Al llegar a su altura vio como lo que aquel hombre recogía con insistencia eran estrellas de mar. Pero al mismo tiempo observó que por cada estrella que el hombre devolvía al mar, las olas devolvían a la playa cientos de ellas.

Confundido ante lo inútil del trabajo, el paseante se acercó hasta el hombre y le dijo: -Buenos días amigo. Me pregunto qué está haciendo.

-Devuelvo estas estrellas de mar al océano. Ve, en este momento la marea está baja y todas estas estrellas quedan en la playa. Si no las devuelvo nuevamente al mar se mueren.

Ya entiendo respondió el primer hombre- pero en esta playa hay miles de estrellas. Es imposible devolverlas todas, son demasiadas. Además, seguramente esto pasa en cientos de playas como esta a lo largo de toda la costa. No se da cuenta que no cambia nada.

El lugareño sonrió, se agachó nuevamente para recoger una estrella más, la miró y la lanzó nuevamente al océano con fuerza mientras le respondía: -¡Para esta sí cambió algo!"